Ana Beatríz Aventin
Si reflexionáramos un
momento podríamos comprender que en
todas las culturas los seres humanos persiguen un mismo anhelo en sus corazones, y es saber quiénes somos y
para qué estamos aquí, el conocimiento de de los demás, de la vida y de la
fuente creadora, pero pocas cosas en nuestra sociedad nos animan a buscar
respuestas a estas importantes preguntas. Se nos ha enseñado que la calidad de
nuestra vida mejorará principalmente si mejora nuestra fortuna externa (casa,
auto, dinero, fama, éxito, etc) aunque tarde
o temprano comprendemos que las cosas externas, si bien valiosas, no sirven
para tratar la inquietud profunda de nuestra alma.
Así pues, ¿dónde
buscar estas respuestas?
Muchos de los libros
actuales sobre transformación personal hablan de manera conmovedora sobre el tipo de
persona que todos desearíamos ser. Reconocen la importancia fundamental de la autoestima,
la comprensión de sí mismo y de los demás, la compasión, la comunidad, la
comunicación y la creatividad; pero por hermosas y atractivas que sean estas
cualidades, nos resulta extraordinariamente difícil mantenerlas o ponerlas en
práctica en nuestra vida cotidiana. La
mayoría de los libros de autoayuda no están equivocados, nos hacen grandes aportes pero son
incompletos.
Por lo general, las
recomendaciones de estos se basan en
métodos que han dado buenos resultados al autor o la autora personalmente, y
reflejan su configuración psíquica y sus procesos personales. Si ocurre que un
lector tiene una configuración similar, el método tal vez le resulte eficaz.
Pero si es poca la similitud, los consejos pueden confundir más que ayudar al
lector.
Cualquier método
eficaz para crecer debe, por lo tanto, tomar en cuenta el hecho de que hay
tipos diferentes de personas, tipos diferentes de personalidad. A lo
largo de la historia se han propuesto muchos sistemas psicológicos y
espirituales para tratar o explorar este conocimiento esencial.
El conocimiento de
los tipos de personalidad es necesario en muchos ámbitos:
en educación, en las
ciencias, en los negocios, la literatura, la terapia y, por encima de todo, en
la espiritualidad y el trabajo de transformación personal.
¿Y si existiera un
sistema que nos capacitara para adquirir más conocimiento sobre nosotros mismos
y los demás?
¿Y si este sistema también nos dirigiera hacia
las profundidades de nuestra alma?
Este sistema existe,
y se llama Eneagrama.
¿Cuál es el propósito
del Eneagrama?
EL ENEAGRAMA es una
figura geométrica que representa los nueve tipos de personalidad fundamentales
de la naturaleza humana y sus complejas interrelaciones. Es una sabiduría
milenaria que permite el
autoconocimiento a partir del
conocimiento profundo de la Personalidad y la Esencia. Es un mapa de evolución
de nuestra conciencia que integra
nuestro ser con la realidad y permite sanar y optimizar la relaciones
interpersonales y vínculos (personales, familiares, laborales, etc)
Es una descripción de
la psicología moderna basada en la sabiduría espiritual de muchas tradiciones
antiguas diferentes. La palabra enea-grama, del griego ennea, «nueve»,
y grammos, «figura», significa «figura de nueve puntas».
El objetivo del
Eneagrama apunta a que podamos conocernos lo más clara y nítidamente posible,
para que, a través de nuestra aceptación y el reconocimiento de nuestras
potencialidades y los aspectos que las opacan, podamos iniciar un camino de
transformación y desarrollo individual. El Eneagrama nos permite conocer
profundamente nuestro funcionamiento interno. Es un excelente método para que
estemos más presentes y nos demos cuenta de qué está pasando dentro de nosotros
y hacia donde nos están conduciendo nuestros automatismos.
El eneagrama moderno
de los tipos de personalidad es una síntesis de muchas y diferentes tradiciones
espirituales y religiosas. En gran parte es una condensación de la sabiduría
universal, la filosofía perenne acumulada durante miles de años por cristianos,
budistas, musulmanes (especialmente los sufíes) y judíos (en la Cábala). La
esencia del eneagrama es el conocimiento universal de que todos los seres
humanos somos presencias espirituales encarnadas en el mundo material y que
misteriosamente compartimos la misma vida y el mismo espíritu del Creador.
¿A quién va
dirigido?¿Responde a alguna religión?
Uno de los grandes
valores del Eneagrama es que se mantiene al margen de todas las diferencias
doctrinales. Ha servido a personas de prácticamente todos los principales
credos religiosos para redescubrir su unidad fundamental como seres
espirituales. El Eneagra mantiene, por lo tanto, un inmenso valor en el mundo
actual, para enseñar a blancos y negros, hombres y mujeres, católicos y
protestantes, árabes y judíos, heterosexuales y homosexuales, ricos y pobres,
que si buscan más allá de las diferencias superficiales que los separan encontrarán
un plano totalmente nuevo de humanidad común.
Esencia y
Personalidad
El Eneagrama es un símbolo que explica el orden natural de la Energía
Psíquica y nos permite lograr un Orden Armónico.
De acuerdo con este
conocimiento, todos nosotros tenemos 9 Atributos,
dones o aptitudes que constituyen nuestra Energía Psíquica. De esos 9 Atributos, uno de ellos, desde la concepción, lo tenemos de manera
predominante y lo llamamos nuestra Esencia,
la que nos acompaña toda la vida.
Es nuestro Talento, nuestro don fundamental que
va a marcar nuestra vida y que traemos para cumplir nuestra misión en la vida.
El conjunto formado
por la Esencia y los restantes
ocho Atributos desarrollados en
forma positiva o negativa, o no desarrollados, constituyen la Personalidad. Entonces la Personalidad es el estado del conjunto
de todos los Atributos de la Energía Psíquica de una persona.
Características de cada Eneatipo
Tipo
Uno
El reformador
El tipo idealista de sólidos principios. Las personas
tipo Uno son éticas y concienzudas, poseen un fuerte sentido del bien y el mal.
Sienten que tienen la obligación moral de hacer las cosas correctas, por ello se
esfuerzan siempre por mejorarlas, pero temen cometer errores. Bien organizados,
ordenados, prácticos, lógicos y meticulosos, tratan de mantener valores
elevados, pero pueden resultar críticos y perfeccionistas. Normalmente tienen
problemas de rabia e impaciencia reprimidas. Estas actitudes los hacen caer en
la rigidez, no aceptando que los demás pueden pensar o hacer las cosas
diferentes. En su mejor aspecto, el Uno sano es sabio, perceptivo,
realista y noble y moral.
Tipo
Dos
El ayudador
Es el que está preocupado y orientado a los demás para
ayudarlos en lo que necesitan. Los Dos son comprensivos, receptivos, bondadosos;
son amistosos, generosos, abnegados y empáticos, aspiran a dar mejor. En su deseo de servir a los demás, el dos
comienza a creer que su felicidad depende del bienestar de los demás,
desatendiendo sus propias necesidades. También pueden ser sentimentales,
aduladores y obsequiosos. Desean intimar con los demás y suelen hacer cosas por
ellos para sentirse necesitados. No sabe pedir ayuda. En su mejor aspecto, el
Dos sano es generoso, altruista y siente un amor incondicional por sí mismo y
por los demás.
Tipo
Tres
El triunfador
Tiene una gran capacidad de llegar a realizar lo que se propone, se
mueve y promueve a sí mismo y a los demás.
Es adaptable y orientado al éxito. Las personas
tipo Tres son seguras de sí mismas, atractivas y encantadoras. Ambiciosas,
competentes y enérgicas, también pueden ser muy conscientes de su posición y
estar muy motivadas por el progreso personal. Suelen preocuparse por su imagen
y por lo que los demás piensan de ellas.
Normalmente tienen
problemas de adicción al trabajo y de competitividad. Buscan la aprobación de
los demás a través de lo que hacen y de la imagen que proyectan. Hace sin
preguntarse sin preguntarse el sentido y tiene temor al fracasao. En su mejor aspecto, el Tres sano se
acepta a sí mismo, le importa su ser y
no su hacer.
Tipo
Cuatro
El individualista
El tipo romántico e
introspectivo. Los tipos Cuatro son conscientes de sí mismos, sensibles,
reservados y callados (introvertido) o pueden ser expresivos (extrovertidos). Vibran la vida, creativos e intuitivos,
necesitan plasmar afuera su mundo interior, que es muy rico. Necesita ser
escuchado y valorado. En las relaciones busca intimidad e intensidad. Normalmente
tienen problemas de autocomplacencia y autocompasión. En su mejor aspecto, los
tipos Cuatro sanos son inspirados y muy creativos, capaces de renovarse y
transformar sus experiencias.
Tipo
Cinco
El investigador
El tipo cerebral,
tiene gran capacidad de observación y análisis. Los Cinco son despabilados, perspicaces
y curiosos. Son capaces de concentrarse y enfocar la atención en desarrollar
ideas y habilidades complejas. Independientes e innovadores, es posible que se
obsesionen con sus pensamientos y elaboraciones imaginarias. Se desligan de las
cosas, estudian la realidad y si están confundidos se alejan de la realidad en
su mente. Por lo general tienen problemas de aislamiento, excentricidad y
nihilismo. En su mejor aspecto, el Cinco sano es pionero visionario,
suele estar en la vanguardia y es capaz de ver el mundo de un modo
totalmente nuevo.
Tipo
Seis
El leal
El tipo comprometido, orientado a la
seguridad. Las personas tipo Seis son dignas de confianza, trabajadoras y
responsables, pero también pueden adoptar una actitud defensiva, ser evasivas y
muy nerviosas; trabajan hasta estresarse al mismo tiempo que se quejan de ello.
Suelen ser cautelosas e indecisas, aunque también reactivas, desafiantes y rebeldes.
Normalmente tienen problemas de inseguridad y desconfianza. En su mejor
aspecto, los Seis sanos son estables interiormente, seguros de sí mismos,
independientes, y apoyan con valentía a los débiles e incapaces.
Tipo
Siete
El entusiasta
El tipo productivo y
ajetreado. Los Siete son versátiles, optimistas y espontáneos; juguetones,
animosos y prácticos, también podrían abarcar demasiado, ser desorganizados e
indisciplinados. Constantemente buscan experiencias nuevas y estimulantes, pero
la actividad continuada los aturde y agota. Por lo general tienen problemas de superficialidad
e impulsividad. En su mejor aspecto, los Siete sanos centran sus dotes
en objetivos dignos, son alegres, muy capacitados y muy agradecidos.
Tipo
Ocho
El desafiador
El tipo poderoso y
dominante. Las personas tipo Ocho son seguras de sí mismas, fuertes y capaces
de imponerse. Protectoras, ingeniosas y decididas, también resultan orgullosas y dominantes; piensan que
deben estar al mando de su entorno y suelen volverse retadoras e intimidadoras.
Normalmente tienen problemas para intimar con los demás.
En su mejor
aspecto, los Ocho sanos se controlan, usan su fuerza para mejorar la vida
de otras personas, volviéndose heroicos, magnánimos y a veces históricamente
grandiosos.
Tipo
Nueve
El pacificador
El tipo acomodadizo,
humilde. Los tipos Nueve son conformistas, confiados y estables. Son afables,
bondadosos, se acomodan con facilidad y ofrecen su apoyo, pero también pueden
estar demasiado dispuestos a transigir con los demás para mantener la paz.
Desean que todo vaya sobre ruedas, sin conflictos, pero tienden a ser complacientes
y a minimizar cualquier cosa inquietante. Normalmente tienen problemas de
pasividad y tozudez.
En su mejor
aspecto, los Nueve sanos son indómitos y abarcadores; son capaces de unir a
las personas y solucionar los conflictos.
¿De qué manera
concreta el Eneagrama nos lleva al autoconocimiento?
Este describe en
forma sistémica cada Tipología en sus luces y sombras, nos ayuda a ver las
fortalezas y debilidades. De este modo nos identificamos con nuestro Eneatipo
en esencia y personalidad, para luego transitar toda la dinámica interna del
Eneagrama, que nos permite ver cómo nos comportamos inconscientemente cuando
estamos estresados, y cuál es el camino
consciente que debemos tomar para equilibrarnos, resignificando la armonía
entre el cuerpo físico, mental emocional y espiritual, descubriendo una mirada
más amplia y objetiva de la realidad concreta para vivir en armonía, paz y alegría interior con el entorno. Esta
dinámica interna a punta a la transformación personal y al retorno a la
esencia. Es una clara invitación psicoespiritual.
El Eneagrama no
pretende encasillarnos, todo lo contrario, a través de toda su dinámica
interna, nos permite tomar los atributos psíquicos de los restantes 8 enatipos
para completarnos
Conociendo nuestra
tipología podemos detectar nudos que nos limitan en el crecimiento personal,
crear encuentros con uno mismo, viendo las claves para trabajar los vínculos ,
las relaciones familiares, laborales, y con todo tipo de grupo humano.